martes, 25 de mayo de 2010



Para hacer esta actividad coloca carteles con las letras del abecedario, en grupos de letras (A-C, D-F, G-I, J-M, etc.), en las paredes del salón.

Cuando estén todos juntos pídeles que se dividan según la primer letra de su apellido (Todos los González irán al grupo “G-I” junto con los Hernández y otros) Asegúrate que los grupos NO queden muy separados.

Cuando terminen de acomodarse comienza la actividad con la siguiente pregunta: ¿Cuántas veces tus padres, tus hermanos, quizás algún amigo te arruinaron el plan perfecto para el fin de semana? (O algún otro plan “perfecto”) ¿En qué terminó todo? (Cosas perdidas y cosas que has ganado como resultado) ¿Qué cosas estarías dispuesto a hacer ó a dejar de hacer por un amigo o familiar? ¿Qué cosas nunca dejarían de hacer o nunca harías por nadie? Entrégale un papel a cada grupo con los siguientes ejemplos, y que todos en el grupo compartan su respuesta. (si son demasiados divídelos en subgrupos)

Ejemplos:

¿Dejarías de ir a un campamento para quedarte con un amigo en casa?
¿Dejarías de ir a una fiesta para cuidar a tus hermanos mientras tus padres salen a pasear?
¿Dejarías de salir con alguien que te gusta por pasar la tarde ayudando a un compañero con sus tareas?
¿Pasarías todo un fin de semana con tu familia sin ver a tus amigos?
¿Charlarías en la escuela con los “marginados”?
¿Pasarías un sábado con tu abuela escuchando historias de cuando no existía el teléfono? (sin un teléfono cerca)
¿Ayudarías en tu casa limpiando el baño voluntariamente?
¿Orarías en público en la quinceañera de una chica que no tiene amigos que oren por ella, aunque la fiesta está llena de gente? (gente de la iglesia que va por la comida)
¿Dejarías de ir a la reunión de jóvenes por mirar una película en tu casa?
¿Invitarías a tus mejores amigos de la escuela a la reunión de jóvenes? ¿Por qué si o por qué no?
Otras situaciones...
¿A dónde llevarlo desde aquí?
Cuando nos entregamos al Señor con TODO y comenzamos a vivir en una relación diaria con Él nunca sabemos lo que el Espíritu Santo va a conducirnos a hacer.

Cuando abandonas tu ser a la voluntad del Señor miles de aventuras y locuras van a comenzar a pasar a tu alrededor.

Encontrarás el sentido de tu vida y sentirás que estás lleno de la gracia de Dios para con aquellas personas que menos imaginabas, sentirás pasión, ternura, compasión, ganas de ayudar, verás la necesidad de los que están a tu alrededor y estarás gozoso (no contento) de hacer lo que haces. Pero prepárate para que el Señor te arruine por completo, para que nada de lo que tu realmente eres quede en pie sino solo lo que el Señor tiene preparado para ti.

No solo dejarás de hacer algunas cosas que tenías en mente y comenzarás a hacer algunas cosas que nunca se cruzaron en tu mente, pero también experimentarás la aventura de vivir “arruinado” por Dios.

Deja que el Espíritu Santo que está en ti te sorprenda.

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